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14-10-2014 |
Tailandia: cuatro meses después del golpe de Estado
Jaran Ditapichai
1. El golpe de Estado del general Prayuth Chan-ocha en nombre del Consejo Nacional para la Paz y el Orden (NCPO) el 22 de mayo de 2014 fue el 12º golpe de Estado que ha tenido éxito en Tailandia. Han transcurrido cuatro meses y ha comenzado el quinto, pero la situación política, económica, y social se está deteriorando. El NCPO no sólo se hizo con el poder y el gobierno electo de la señora Yingluck Shinawatra, sino que disolvió el Parlamento elegido democráticamente, declaró la ley marcial, ha violado los derechos humanos, y ha prohibido la libertad de prensa, la libertad de expresión, y la libertad de reunión pacífica. La violación de los derechos humanos ha sido tal, que 665 personas han sido arrestadas sin cargos por los militares. Además, 242 personas fueron detenidas, 77 arrestadas, 14 torturadas, y más de 60 han sido imputadas y tienen que comparecer ante un tribunal militar. Algunas han desaparecido y se las presume muertas.
El principal objetivo de este golpe ha sido destruir al partido Pheu-thai y al Frente Unido de la Democracia contra la Dictadura (UDD), conocido como el movimiento de los camisas rojas. La mayoría de las personas arrestadas sin cargo por los militares eran dirigentes del movimiento de los camisas rojas. A pesar de que muchos han sido puestos ya en libertad, los militares vigilan sus movimientos, especialmente de aquellos que creen que están faltando el respeto a la monarquía. Están utilizando el art. 112 de la ley de Lesa Majestad . Todavía hay 16 casos pendientes ante el tribunal militar y 30 órdenes de captura pendientes. El jefe del NCPO, que es actualmente el primer ministro, ha creado una atmósfera de miedo en todo el país durante el período crucial de la sucesión real.
2. El NCPO ha establecido una auténtica dictadura militar. Comenzó con la proclamación de varios decretos dictatoriales, seguidos de una constitución provisional que le concede plena autoridad y recorta la libertad y los derechos de la gente (artículo 4). Designó una Asamblea Legislativa Nacional, en la que más de la mitad de los diputados son militares. El jefe del NCPO, Gen. Prayuth Chan-ocha se convirtió en Primer Ministro, los principales responsables del golpe se convirtieron en ministros de los principales departamentos, como Defensa, Interior, Transporte, Recursos Naturales, y Educación. Esperan engañar a la gente y al mundo con la creación del Consejo de Reforma, del que nadie cree su independencia ni su capacidad para proponer auténticos cambios porque está controlado por el gobierno militar, que a su vez controlado por el NCPO.
3. Es evidente que el programa político del gobierno militar que fue anunciado el 12 de septiembre es un calco del gobierno civil anterior. Lo que se ha añadido es la defensa de la monarquía, la búsqueda de la felicidad de la gente, la reconciliación nacional, la lucha contra la corrupción y la reforma del país. Nadie cree que el gobierno militar puede lograr estos objetivos ni la mejora de la situación económica del país o la recuperación: el bienestar de la gente se deteriora.
4. También hay que señalar que el golpe de 22 de mayo fue una consecuencia de la crisis política de los últimos 8 años, que empezó con Alianza Popular para la Democracia (PAD) conservadora y pro-monárquica, que se convirtió en el movimiento de los 'camisas amarillas' para derrocar al gobierno de Thaksin Shinawatra, a finales de 2005, cuando la clase media y la clase alta empezaron a rechazar las políticas de Thaksin. El conflicto entre partidarios y opositores de Thanksin desembocó el 19 de septiembre de 2006 en un golpe de Estado. Pero el conflicto continuó y se transformó en uno entre las fuerzas democráticas y el bloque anti-democrático (monárquico) Amat. La clase alta y la clase media, así como algunos intelectuales que apoyaron el golpe de Estado desconfiaban de la democracia, mientras que las gentes de clase baja en las ciudades y los pueblos, tanto en las zonas urbanas como las rurales, especialmente en el Norte y Nordeste, apoyaron al gobierno de Thaksin. Fueran ellas las que salieron a protestar contra el golpe de Estado el 19 de septiembre de 2006.
El movimiento fue liderado por el Frente Unido por la Democracia contra la Dictadura (UDD). Se transformó más tarde en el movimiento de las camisas rojas, y dio lugar al “conflicto de los colores”, camisas rojas contra camisas amarillas, que ha dividido como nunca antes a la sociedad tailandesa. Una división que enfrenta incluso a las familias. Las camisas amarillas utilizaron el poder judicial del Tribunal Constitucional para derrocar a los dos gobiernos elegidos por las camisas rojas, el gobierno de Samak Sundaravej y el de Somchai Wongsawat. Este golpe judicial hizo que Abhisit Vejjajiva, del Partido Demócrata se convirtiese en primer ministro. El conflicto se intensificó y en mayo de 2010, el gobierno de Abhisit ordenó la represión sangrienta del movimiento de las camisas rojas: 99 personas murieron, más de 2.000 fueron heridas, y casi 200 detenidas.
Un año más tarde, Abhisit disolvió el parlamento y convocó nuevas elecciones el 3 de julio de 2011. El partido Pheu-Thai ganó las elecciones y formó un nuevo gobierno, con Yingluck Shinawatra como primer ministro. Fue una victoria para la democracia y la gran mayoría de los camisas rojas que apoyaron al gobierno. Pero inmediatamente, las camisas amarillas y sus aliados dentro y fuera del parlamento comenzaron a organizarse para tratar de derrocar al gobierno. Utilizaron todos los medios a su alcance. Tardaron dos años y medio, pero convirtieron a las camisas amarillas en una fuerza formidable. Esta vez fue dirigido por el Comité Popular para la Reforma Democrática (PDRC), compuesto por parlamentarios del Partido Demócrata. Utilizaron tácticas de violencia callejera, como el bloqueo de calles, la ocupación de edificios del gobierno, y la paralización de Bangkok durante más de 6 meses. Las camisas rojas se defendieron. La UDD salió en masa en una gran manifestación para defender a su gobierno. Los militares, que nunca se sometieron al control del gobierno, intervinieron y declararon la ley marcial para organizar el golpe de Estado el 22 de mayo de 2014.
5. El golpe fue apoyado por la clase alta, la clase media y la mayoría de la gente de Bangkok, que creía que supondría una salida pacífica al conflicto. Pero como la junta militar y el NCPO son tan partidista y siempre se han situado junto a los camisas amarillas, no podrán poner fin al “conflicto de los colores”. Por el contrario, el conflicto se intensificará. La gente estará más dividida. Lo que es más importante, aquellos que defienden la democracia no aceptarán el golpe militar y protestarán. Poco a poco, la gente se organiza dentro y fuera del país, como la Organización de los Tailandeses Libres por los Derechos Humanos y la Democracia (FT-HD), el Centro Jurídico por los Derechos Humanos, el Centro Nacional de Estudiantes por la Democracia, etc Cuanto más opresivo sea el NCPO, y cuanto más tiempo se mantenga la ley marcial, la incapacidad para resolver los problemas económicos por la caída de los precios del arroz, el caucho y el declive del turismo empujará a más personas a protestar.
Por último pero no menos importante, gracias a la ayuda de varios países dentro y fuera de la Unión Europea que no reconocieron el golpe de estado, ha continuado la presión sobre la junta militar para que deje de violar los derechos humanos. Esperamos que este esfuerzo continúe, así como la exigencia de un retorno a la democracia a través de elecciones libres en Tailandia lo antes posible.
Jaran Ditapichai es coordinador en Europa de la Organización de los Tailandeses Libres por los Derechos Humanos y la Democracia (FT-HD).
Traducción para www.sinpermiso.info : Enrique García
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